Pelar la pava

Esta expresión popular tiene su origen en Andalucía a finales del siglo XIX y principios del XX. Se suele usar hoy en día cuando vemos a dos personas, generalmente jóvenes, que están entretenidos y explorando su amor.

En un principio se refería al acto en que los dos enamorados, él desde la calle y ella detrás de la reja de una ventana o balcón, hablaban de sus cosas de amor, como una parte más del cortejo. Según el folclorista sevillano Luis Montoto, la frase tiene que ver con una criada que desplumaba a un ave de este tipo mientras hablaba con su novio.

Según esta versión, la señora de una casa mandó a su criada a desplumar una pava antes de preparar la comida, la muchacha se sentó a realizar esta labor en una ventana baja que daba a la calle cuando apareció su pretendiente. Allí comenzaron a hablar a través de la reja que los separaba hasta que la señora, ya un poco escamada de la tardanza, la reclamó a voz en grito preguntando que por qué tardaba tanto, a lo que la joven contestó: "ya voy señora, que estoy pelando la pava".

En una sociedad que no era tan libre como la actual, probablemente este tipo de actividades cotidianas que necesitaban bastante tiempo para realizarse, eran aprovechadas como un momento en que la pareja podía conversar, aunque ya veis que con una reja de por medio.

Otra versión nos la da el barón francés Charles Davillier, en su obra "Viaje por España", en la cual compara la actitud del hombre que acudía a cortejar a su enamorada con una guitarra, con la de alguien que sujeta al ave con una mano mientras con la otra se dedica a quitarle las plumas, lo cual no suena muy convincente pero ahí os lo dejo como curiosidad.

Por último recomendaros que en esta época de calor aprovechéis las noches y os vayáis a pelar la pava un rato.



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